Gallina vieja conmigo... ¡qué va! (audio 1)

La famosa épica de la gallina es recordada hoy como uno de los más finos juegos de doble sentido... con apenas dos estrofas se formula la historia --compleja y dramática-- de un incómodo invitado, presa total de la insatisfacción frente a un mezquino almuerzo que dedicadamente le han separado sus anfitriones. Con personajes tan identificables como la Señora Lina, o la propia gallina cocida, remozando en un plato poco apetecible (pon aquí para la letra), la inocencia del relato entrevé una satira fabulosa que dará cabida, lo veremos pronto, a una secuela de primera lid. El lirismo de este primer tomo, sin embargo, no podría ser más sencillo, una claridad de narración que bajo su rima exacta no deja ningún entredicho. Las evocaciones que atañe, sin embargo, son de una vastedad sobrecogedora y junto a la cadencia inigualable del maestro Pedroso, nos vemos frenéticamente transportados al trópico sofocante donde nos espera la Señora Lina, dadivosa madre de familia y cocinera perenne, lista para frustrar nuestros antojos con una decrépita ave de corral.

La conversación que se da alrededor del tema es magistral: sumido en medio de dos sentimientos opuestos, indignación y culpa, Pedro Calvo nos presenta de planta a un personaje importantísimo situado fuera de su narración: el oyente. Las perspectivas se nublan y pronto perdemos la noción de si estamos escuchando un pequeño relato en primera persona o un diálogo callejero en segunda. ¿Quién es el destinatario de los comentarios? Nos habla Pedrito a los bailadores, o se dirige a una amistad, ¿a quien le cuenta la vergonzosa experiencia? En todo caso, nos involucra a todos, transportándonos de la casa del evento a la calle del comentario y de ahí a la pista de baile y vise versa, con la naturalidad de cualquier ocurrencia caribeña.

Pupy acompaña con un arreglo implacable, un tumbao que rápidamente apunta a los movimientos contrarios que han sido búsqueda reincidente de su concepción musical (audio 2 - préstale atención especial al piano)y mambos sentenciosos sobre el fenomenal juego percusivo de los bloques y los efectos (siendo en sí un ejemplo bastante tempranero de algo que Van Van posteriormente llevaría a otro nivel -- audio 3).