¿Cómo contrastaría el estilo de esas tres orquestas?

Precisamente por eso, porque como ninguno nos parecíamos… y la gente buscaba eso. Hoy en día no. Hoy en día desgraciadamente todo el mundo se parece. Después que tú sacas a Los Van Van, a Manolito, Adalberto, ¿quién más?, la misma Reve, Elito Revé, todo el mundo se parece. Hasta que tú no miras al cantante, tú no sabes quién es. Y ese es uno de los misterios de la música porque hoy en día los grupos son heterogéneos. El que no tiene dos trompetas, tiene dos saxofones, tiene un trombón. Y entonces, una charanga… antiguamente sí estaban bien definidos los géneros. Una charanga que eran tres violines, tumba, timbal y güiro, piano, bajo y flauta y tres cantantes, y un suponer, se tocaba el chachachá y en cuanto tú oías la charanga tú sabías quién era sin conocer el número. Porque lo más difícil que hay en una agrupación musical, en esto, es hacer un estilo, es hacer una cosa personal. Pero hoy en día tú oyes a cualquier orquesta, no voy a mencionar ninguna, pero hasta que tú no oyes el cantante, tú no sabes quién es. Porque parece que hay un solo arreglista, y antes, nosotros no nos queríamos parecer a nadie. Y tú lo sabes porque mira, aquí habían 7 millones de charangas. Estaba La Sublime, Estrellas Cubanas, La Aragón, Pancho el Bravo, La Original de Manzanillo, La Ritmo Oriental, miles, y ninguna se parecía. Ninguna se parecía y era lo mismo, sí, era lo mismo.

¿Qué nos puede decir con respecto a las secciones rítmicas de estas tres orquestas?

Bueno chico, con una gran modestia te digo que, a mí no me gusta estar hablando de eso, pero los musicólogos aquí, los que más sabían aquí de eso en su momento, manifestaron que la mejor sección rítmica de las charangas aquí, a través de todos los tiempos, fue la que tuvo La Ritmo Oriental. Eso lo dicen tanto aquí adentro como afuera. Eso es otro orgullo de uno. Nadie nos pudo igualar en ese aspecto. Serían mejores, serían más malos, regulares, pero nadie nos pudo igualar en eso.

La mayoría de la gente dice que el estilo de la Ritmo Oriental no es “songo”, pero compartió algunos aspectos con este estilo.

No, no, no. Mira, el songo es un ritmo que inventó Changuito con Formel. Nosotros tocábamos son, música cubana. Si quieren llamarle songo, que le llamen songo. Si quieren llamarle timba, que le llamen timba. Porque ahora la gente dice timba, pero la timba es de aquella época. La timba es de esa época. Nosotros tocábamos música cubana y lo que sentíamos nosotros era lo que echábamos para adelante. Nosotros éramos bailadores, rumberos y de todo.

¿Cómo describiría el estilo sonero de La Ritmo Oriental? ¿Cuáles fueron sus orígenes?

Si tu supieras que a mi me llamaron el año pasado unos extranjeros ahí que querían hacer eso, y como yo era el único que queda de la Ritmo, para yo explicar y hacer los ritmos; pero bueno, no sé que pasó. Como único yo podría haber hecho la Ritmo es si hubiera tenido a los hijos míos aquí, porque los hijos míos, Eduardo, ese sí aprendió con el timbalero, con Daniel. Cuando yo he grabado los he buscado a ellos porque sí me han copiado toda la rítmica de La Ritmo Oriental, pero ahora él está en España. El flautista que teníamos nosotros también era muy bueno. No era Richard Egues, pero era único igual que Richard. Fue… se llamó Policarpo Tamayo que está ahora conmigo ahí en La Charanga de Oro, de la UNEAC.

¿Nos puede hablar de Ramiro Reyes?

Ramiro Reyes, mi compadre. Ese fue fundador, primer director que tuvo la orquesta, buen pianista.

En el disco que salió en el 1974, él apareció como director.

Yo creo que ese era el único músico que había aquí en la orquesta de formación académica. El también fue estudiante de Medicina. Antes de la Revolución, no es cuestión de política ni nada de eso pero, estudiar una carrera universitaria costaba, había que tener posición. Y él no tenía una posición pero por lo menos los padres trabajaban. Tenían una posición más desahogada que la de todo el mundo. Yo no, yo tenía que ser obligado músico porque yo no podía ir a la universidad. Yo tenia que estudiar música para poder ayudar a mis padres, ¿me entiendes? Yo tenía que ser músico, pero él no. Él inclusive, siendo fundador de la Ritmo Oriental, estando nosotros en Tropicana, él pide una licencia y nosotros metemos a otro pianista porque él va a estudiar Medicina. Ya él había terminado el bachillerato. Yo vine a terminar el bachillerato después de la Revolución, pero él no, y antiguamente una carrera universitaria costaba aquí un ojo de la cara. No todo el mundo podía ser universitario. Hoy en día yo digo que el mejor país que hay es este. La gente aquí vive y no trabaja. Somos unos descarados. Y yo como viajo y veo eso allá afuera digo: Caballero, nosotros no cuidamos lo que tenemos.

¿Usted siempre fue el director de la Ritmo Oriental?

No, no, no. El primero fue un señor violinista que fue cuando Revé no estaba ahí. Pero Ramiro Reyes es de la misma edad mía. Éramos muy nuevesitos cuando hicimos La Ritmo Oriental. No podía ser director, no porque no tuviera conocimientos, porque si no, pero no había experiencia. Entonces, ellos mismos al cabo de los siete, ocho, al año, la orquesta se reunió y dice, aquí el director tiene que ser Ramiro, que es el que más capacidad tiene, y el administrador, Lazaga porque yo siempre fui un tipo operativo, no comprendes. Pero mira, aunque una cosa paradójica, La Ritmo Oriental tuvo a Veguero Cardosa, Ramiro, Humberto Perera y yo que fui el último director, pero siempre el que dirigió la orquesta fui yo. Para que lo sepas. Ellos marcaban cuatro, después la orquesta era mía porque yo siempre fui un tipo así. Siempre fui operativo.