Si, la banda siguió, pero bueno, entonces entraron en el juego los metales, la cosa esta y ya… Y esto es como todo, cuando tú no tienes trabajo… Vino una nueva situación en nuestro país. Porque antes la gente como los peloteros, como los deportistas, se dolían por la camiseta, pero ahora no. Ahora tú tienes un trabajo y viene otro y le ofrece dos pesetas más y se te va. Y entonces ya la gente le perdió el amor, la cosa esa que uno tenía. Porque yo podría estar con Los van Van porque cuando Formel los formó me vino a buscar a mí y al timbalero, a Daniel Díaz, y nosotros dijimos, no, no, no, si nosotros tocamos con la Ritmo. Y luchamos y llegamos, lo que pasa que es que no tuvimos el apoyo, la cosa esa…

¿Nos enseñó el disco de su hijo Eduardo, nos puede hablar un poco de su niñez?

Yo en si tengo tres hijos músicos. El mayor que está con el Cohiba, percusionista; Eduardo que ahora está en España y el más chiquito que está graduado de violín está haciendo ahora el servicio social. La niñez de esa gente fue normal, tres muchachos que los metí en la escuela de música y…

¿Usted les enseñó a tocar también?

Yo los metí en la escuela, yo no los enseñé a tocar porque nadie enseña a tocar a nadie. Uno nace con eso y después se perfecciona o se tecnifica. Eduardo empezó estudiando violín, igual que el hijo mío mayor que empezó estudiando flauta, pero después dejaron la escuela. Y entonces hay una cosa, los hijos siempre estudian lo que quieren porque si los fuerzan, no sirve. Entonces yo les dije, bueno, si quieren estudiar música que sean músicos. Y dejaron la escuela de música. Y se pusieron a estudiar otra cosa, pero dejaron lo otro y los cogió el servicio militar. Entonces cuando los coge el servicio militar, yo estoy de maestro en la escuela, yo soy maestro de percusión y voy a ver al como se llama esto…, al director de la banda y le dije, -- Mira chico yo tengo este problema… tengo mis hijos… -- ¿Qué tocan? – Son percusionistas. Y ahí mismo los enseñamos a esto he hicieron el servicio en la banda. Lo pasaron y de ahí para acá ya fueron los dos músicos. Ya se hicieron músicos, siguieron estudiando. Eduardo fue fundador de la Charanga Habanera… Tocaba las pailas. Cuando aquello era lo único, ya tú sabes, era el batería.

¿Usted todavía trabaja en la escuela?

Si.

¿Qué escuela es?

La escuela Amadeo Roldán, de nivel medio. Allí yo soy percusión, vaya percusión popular y tengo un taller, tengo una charanga allí de muchachitos.

¿Cuantos años lleva trabajando allí?

Hace como diez años. Desde el ‘96 o el ‘97.

¿Le gusta su trabajo allí?

A mí si. A mí si me gusta. Empezando que a los muchachos esos, primero lo agradecen. Segundo, por lo menos lo estoy enseñando que ya aquí casi no se toca lo que es música cubana. Lo que es música tradicional porque… Porque cuando vengas a ver dicen, no, este está celoso. No, no, no. Toda la música tiene sus encantos, toda la música tiene… Yo no puedo pretender que la juventud de hoy sea como la mía. Yo digo que la mía fue buena, la de esta gente mañana dirán que la mía fue buena y así no se puede encontrarse porque a lo mejor mañana mismo yo tengo que tocar reggeaton porque tengo que buscarme el billete, pero no hay ciencia, para mí, yo lo que tengo que tocar es música. Porque yo lo único que aprendí en mi vida fue tocar música, pero a ellos le gusta, e inclusive hay muchos que los he puesto a trabajar después que terminan sus estudios terminan su servicio social. Hay uno que está cantando con Bamboleo, estuvo conmigo en la charanga y está cantando con Bamboleo. Ese se graduó de flauta, está trabajando con un trío por allá por la Casona. Conmigo en la Charanga de Oro está trabajando la chelista. Está la otra también y así los voy colocando porque tu no puedes negarle el desarrollo y la verdad que los muchachos como salen hoy son terribles. Son muy buenos. Antes tú para oír a un músico bueno tenías que esperar como un médico, que tuviera un poco de canas. Ahora hay muchachos que con 18, 19 años, son un fenómeno. Son terribles porque nuestras escuelas de música… Yo puedo decir que las otras escuelas son buenas, la de medicina, la de ingeniería y eso, pero como vivo la música, las escuelas de música lo que están soltando hoy para la calle es terrible.